Hay muy pocos niños colaboradores a la hora de cepillarse los dientes, se suelen hacer los remolones, ponen todo tipo excusas, juegan al despiste, sufren de sordera momentánea o directamente mienten diciendo que se han lavado los dientes cuando sabemos que no es cierto. Así que, cuando antes asumamos que esta tarea no va a ser sencilla de conseguir, mejor. Y es que adquirir un hábito no es algo fácil y mucho menos para los más pequeños. De nada sirve que les repitamos sin parar en casa, en el colegio, en las series de televisión… Es importante lavarse los dientes, de no hacerlo salen unos agujeros en los dientes que duelen mucho. Ni tan si quiera sirve comprarles cepillos y tazas de enjuague con sus personajes favoritos o pastas coloridas que parecen chuches. Lavarse los dientes sigue siendo una de esas labores que invitan al escaqueo. Ya sea porque se están quedando dormidos, porque vamos con prisa, por estar en casa ajena… al final es una excepción demasiado frecuente que sea algo que se pase por alto y la consecuencia es que los niños deducen que no es algo tan importante, algo imprescindible. Nuestras palabras dicen que sí, pero el día a día dice que no. Si encima los adultos no damos ejemplo, la guerra es fácil que esté perdida.
Así, la clave para que un niño coja el hábito de cepillarse los dientes a diario es hacer que esto se convierta en un momento divertido y no en una obligación, que pase a ser algo que quieran hacer y no algo que tienen que hacer.
Trucos para hacer del cepillado una aventura divertida y amigable:
Anímale a ser “dentista”
Ayuda a aliviar su miedo al cepillado dejándole que finja cepillar los dientes de su juguete favorito, así puede familiarizarse con el cepillo de dientes antes de usarlo sobre sí mismo.
Cread un kit dental.
Compra un vaso de plástico duro y pinturas atóxicas y pide al niño que lo decore como quiera. Si lo utiliza para colocar allí su pasta y su cepillo de dientes (mejor que te ayude a elegirlos) le gustará más usarlos.
Secuencia temporal del cepillado de dientes: No estaría mal que dibujaras las distintas fases del cepillado de dientes y lo pegues en un lugar visible del cuarto de baño, para que tu hijo pueda tener una referencia y evitar saltarse algún paso. Por ejemplo, en los dibujos (a modo de pictogramas) de esta secuencia puedes incluir los siguientes: Poner pasta de dientes en el cepillo, cepillarse los dientes de abajo, cepillarse los dientes de arriba, enjuagarse bien y colocar el cepillo y la pasta de dientes en su sitio.
Utiliza una tabla de rutinas: Este tipo de tablas Ayudan al niño a organizarse y evitan que los padres tengan que repetir todo mil veces. Nada como una tabla de rutinas que enseñe al niño cuándo cepillarse los dientes.
¡Qué divertido es imitar!
Colócate junto a él frente a un espejo y realizad al mismo tiempo los movimientos del cepillo: de abajo hacia arriba en las piezas de la mandíbula inferior y de arriba abajo en la superior. Luego, la cara interna de los dientes, las muelas y la lengua.
El concurso de los dientes más limpios
Puedes jugar con tu peque a ver quién se lava los dientes mejor y los deja más relucientes. Prueba a hacer una competición a modo de juegos olímpicos, con una categoría de cepillado trasero, delantero y enjuagado. ¡A ver quién dura más y hace los mejores movimientos!
La Oca de los dientes
Cada mes podéis hacer un tablero como el de la Oca, con casillas premiadas. Cada día que se lave los dientes correctamente avanzará una casilla y podrá llegar a las que tienen premio. ¿Peli en familia? ¿1 € para la hucha? Tú decides las recompensas que le das. Evidentemente, chuches, no
A ritmo de música
Relacionar su canción preferida con este momento le ayudará a asimilar mejor que es la hora de lavarse los dientes. Es importante que todos los días la hora elegida sea la misma para no despistarle. Al final lo tendrá tan interiorizado que será él o ella quien te pregunte por qué no suena la música si es la hora.
Mostrarles una caries
Es verdad que nos centramos mucho en explicarles una y otra vez cómo son las cosas, pero a veces una imagen vale más que mil palabras. Anímale a buscar caries en internet y que vea realmente cómo son. Su imaginación ante la idea de unos bichitos a más de uno le puede parecer hasta atractiva…
Visita a tu dentista
Que te acompañe tu peque al dentista y vea que es algo normal, que son amigos, y que nos animan a cuidar la salud de nuestra boca siempre es un buen comienzo. El ejemplo es fundamental a la hora de educar.
Anímate a poner estos sencillos trucos en práctica y cuéntanos que tal han ido.